Hoy, 10 de agosto, en la Catedral San Pedro y San Pablo, vivimos un emotivo momento de despedida durante la última Eucaristía junto a nuestros hermanos voluntarios de la Diócesis de München und Freising (Alemania) y los jóvenes de la comunidad de Huaytu, de Santa Cruz.
Fue una ceremonia llena de recogimiento, gratitud y esperanza, en la que compartimos la fe, la amistad y el compromiso con el servicio. Esta experiencia ha sido un verdadero testimonio de unidad entre culturas, corazones y propósitos.
Agradecemos profundamente a nuestros hermanos voluntarios por su entrega, su alegría y el tiempo compartido con nuestra comunidad. Que tengan un excelente retorno a casa, llevando en el corazón cada momento vivido, cada sonrisa recibida y cada gesto de fe compartido en este encuentro inolvidable.
¡Hasta pronto, amigos! Que la semilla sembrada aquí siga floreciendo en el espíritu de solidaridad y fraternidad sin fronteras.